La lavadora tiene algo que repele a bastante gente desde el momento en que el hombre es hombre. ¿Sabemos utilizar una vitro o bien placa de inducción? Puesto que, hombre, son cuatro botones y es suficiente con no quemarnos, con lo que la contestación es sí. ¿Frigorífico y congelador de qué forma lo llevamos? ¿Es eso que se abre una puerta y metes la botella de agua? Pues bien. Sí, sabemos utilizarlos. Mas ¿qué demonios pasa con la lavadora?
Creo (esto es solo una opinión) que el motivo por el que por lo general somos más patanes con una lavadora en las manos, es no tanto la mayor complicación de los mandos y programas como el tipo de productos que maneja. O sea, un mal empleo de un lavaplatos puede tener como resultado un mal lavado, y eso se puede remediar con sencillez volviendo a lavar la vajilla. Y en cualquier caso, si se rompe un plato tampoco se hunde el planeta. La ropa es harina de otro costal: si la lavadora no se utiliza bien, es posible que no haya marcha atrás. Esto ocurre igualmente, con los electrodomesticos de segunda mano como con los nuevos a estrenar.
Elegir el mejor programa
Esto depende del material del que esté echa la ropa, sin embargo lo que hay siempre y en todo momento que echar una ojeada al manual de instrucciones, por poco deseable que nos resulte hacerlo. Hagamos un breve barrido extraído de la página web de Bosch, que es como los electrodomésticos de los que habla, de las mejores. Lo cierto es que en este y otros campos da siempre y en toda circunstancia buenísimas pistas, conque recomiendo de forma encarecida que le echéis una ojeada, pues lo que afirma amplía en profundidad la información y los presuntos que vais a ver aquí. Por el momento, veamos los programas más importantes:
–Algodón: las ropas de colores deberían estar a un máximo de 60⁰, al tiempo que para las blancas hay que elegir entre 60⁰ y 90⁰. Se puede poner la carga máxima de la lavadora.
–Sintéticos: estos tejidos son menos resistentes, de tal modo que la temperatura de lavado ha de ser inferior. Como máximo 60⁰ y, atención, sin llegar a cargar la lavadora totalmente.
–Frágil / Seda: primeramente, hay prendas tan frágiles que, de forma directa, no pueden ni entrar en la lavadora.
¡Mucho cuidado con las prendas sensibles como la seda!
Y caso de que sí se puedan meter en la lavadora, hay que tener mucho cuidado de no entremezclarlas con prendas más ásperas, por el hecho de que el roce podría ser perjudicial. Este es el electrodoméstico que más temor da emplear.
-Ropa de sport: verdaderamente no amontonan suciedad, sino más bien fragancia a humanidad, con lo que no precisan de un programa rapidísimo. A propósito, nada de suavizante.
–Lana: el programa hace múltiples paradas, para que la ropa no se compacte, pudiendo estropearse.
–Ropa oscura: lavado y aclarado emplean mucha agua para suprimir restos indeseados. Sin embargo, para eludir la capacitación de listas, resulta conveniente lavarlas al revés.
–Camisas: se centrifugan de manera lenta para eludir arrugas. Cuidadito con las camisas de seda.
–Programas automáticos: los hay (prácticamente) para todos y cada uno de los gustos. La lavadora (algunas) son inteligentes y saben de qué forma deben actuar con una o bien otra prenda. Eso sí, mucho cuidado con el peso de carga. Eso hay siempre y en toda circunstancia que tenerlo presente, por el hecho de que sobrecargar el aparato puede tener como consecuencia el incapacitarlo.
Fuente: electrodomesticos segunda mano