El plazo límite para presentar la Declaración de la Renta 2.020-21 ya ha finalizado, si se entrega fuera de plazo hay que abonar un recargo a la Hacienda.
Los españoles pagamos impuestos todo el año y la declaración de la renta es solo uno de los tributos a los que hacemos frente. Siempre que compras algo pagas impuestos gracias a los llamados impuestos indirectos. También existen los impuestos directos.
En España conviven múltiples tipos de tributos que gravan de todo, desde la adquisición de galletas hasta las cervezas que te tomas con tus amigos, pasando por la gasolina que hechas al turismo, lo que ganas con tus inversiones o bien el simple hecho de tener residencia o bien vehículo.
Existen muchas formas de clasificar estos impuestos y una de las más frecuentes es dividirlos entre impuestos directos y también indirectos.
Diferencias entre impuestos indirectos y también directos
Los impuestos directos se aplican sobre una manifestación directa o bien inmediata de la capacidad económica, como puede ser la posesión de un patrimonio o bien la obtención de una renta. Esto que suena tan técnico, quiere decir que esta clase de tributo se aplica sobre posesiones o bien ingresos que consigue una persona o bien empresa. Su mayor exponente es la declaración de la renta y es, en determinado sentido, un tipo de impuesto más adaptado.
Por su lado, los impuestos indirectos gravan el consumo de recursos y servicios, como la transmisión de recursos y derechos generalmente. Esta clase de impuestos, tienden a pasar más inadvertidos como, por poner un ejemplo, ocurre con el Impuesto sobre el Valor Añadido, su mayor exponente.
Impuestos directos más conocidos
La mejor manera de distinguir entre impuestos directos y también indirectos es a través del ejemplo. Nada como tener claros cuáles son los tributos directos más frecuentes para despejar dudas.
Impuesto sobre la renta
El IRPF o bien Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, es el ejemplo más claro de impuesto directo. Este tributo grava tu renta, el dinero que ganas de año en año tanto por tu sueldo como por tus ahorros. Se trata de un impuesto cien por cien personal que se aplica directamente a tus ingresos, solo que en vez de ser incesante, se paga una vez por año.
En esta línea va el Impuesto sobre la renta de no residentes, que se aplica a las personas con intereses de tipo económico en el país mas que viven fuera de él.
Impuesto sobre Sociedades
Es el homónimo del IRPF solo que aplicado a empresas. En un caso así lo que se grava son los ingresos de las empresas y más específicamente su beneficio. Y es que, al presentar el tributo, las empresas encaran lo que han ingresado a lo que han gastado y tributan por la diferencia.
Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones
Este impuesto así mismo es directo, pues grava el aumento patrimonial tras una herencia o bien una donación. La diferencia entre sucesiones y donaciones es que las primeras se generan tras el fallecimiento (la herencia) y la segunda entre personas vivas y se trata de entregas sin contraprestación.
Cuánto hay que abonar de impuesto de sucesiones en todos y cada comunidad autónoma
Existen dos tipos de impuestos, los indirectos y los impuestos directos, cada tipo de impuesto lleva un porcentaje diferente dependiendo del tipo de impuesto.
Impuesto sobre el Patrimonio
El Impuesto sobre el Patrimonio puede considerarse un complemento del IRPF. Aquí no se grava lo que ingresas, sino más bien lo que tienes. Nuevamente, se trata de un impuesto directo por el hecho de que se aplica de manera directa sobre tus recursos.
Impuesto sobre Recursos Inmuebles
Más conocido como el IBI, es un impuesto que se paga por el hecho de tener casa, se use o bien no se use. El Impuesto sobre Automóviles de Tracción Mecánica o bien impuesto de circulación va de forma afín. El mero hecho de tener un turismo con el que circular te fuerza a pagarlo, a menos que el vehículo esté dado de baja en tráfico. Los dos son impuestos municipales y su cuantía depende de donde vivas.
Entre los impuestos directos así mismo se incluyen el Impuesto de Actividades Económicas o bien la Plusvalía Municipal, ahora en el ojo del huracán.
Realmente, para saber si un impuesto es o bien no directo solo debes pensar si se aplica de forma concreta sobre un ingreso o bien patrimonio, más que sobre tu capacidad para adquirirlo.
Impuestos indirectos más conocidos
Los impuestos indirectos pueden pasar más inadvertidos, pero son los que se aplican cada día. Son como los gastos hormiga de tus finanzas personales, solo que no puedes recortarlos y tampoco los gozas de ninguna manera.
De todos modos, debemos contar con un experto en el tema para que nos solucione todas nuestras dudas o puedes obtener más información sobre los impuestos directos en https://apfconsultores.es/las-principales-diferencias-entre-impuestos-directos-e-indirectos/
El Impuesto sobre el Valor Añadido
El IVA se creó tal como lo conocemos en mil novecientos ochenta y seis por demandas de la Comunidad Europea, si bien ya antes ya se venían aplicando modelos afines. El Impuesto sobre el Valor Añadido es un porcentaje que las empresas suman por sus servicios en todos y cada paso de la cadena productiva y que acaba pagando el usuario final. Y es que a efectos de Impuesto sobre el Valor Añadido las empresas solo son recaudadoras del impuesto, no ganan nada con él en tanto que después deben ingresárselo a Hacienda.
En España hay ahora 3 tipos de IVA: superreducido del cuatro por ciento para productos de primera necesidad, reducido del diez por ciento para ciertos productos y campos que se quiere impulsar y general del veintiuno por ciento que es el que se aplica mayoritariamente.
Impuesto de Transmisiones Patrimoniales
Es el Impuesto sobre el Valor Añadido de los productos de segunda mano, en tanto que el Impuesto sobre el Valor Añadido se restringe a los productos nuevos. Entre los impuestos al adquirir una casa de segunda mano está el ITP, como así mismo cuando compras un vehículo utilizado.
Impuestos especiales
El abanico de impuestos especiales en España es más que extenso. En el mismo se incluyen los impuestos sobre las bebidas alcohólicas, los hidrocarburos, la electricidad, el tabaco e inclusive el impuesto sobre matriculación. Estos impuestos se encuentran regulados por la Ley 38/1992 y el R. D. 1165/1995.
La cuantía depende de cada producto, mas en ciertos casos como el de la gasolina, puede suponer prácticamente la mitad del coste final. Esta clase de tributo tiende a pasar inadvertido, como ocurre con el Impuesto sobre el Valor Añadido (salvo para los autónomos y empresas) y todos y cada uno de los impuestos que no hay que liquidar una o bien múltiples veces por año.